5/23/2019
En la Alemania nazi de 1940, Dietrich Bonhoeffer se involucró con el movimiento de resistencia para asesinar a Hitler. Fue en este tiempo cuando Bonhoeffer empezó a escribir una de sus muy bien sabidas colección de escritos, Ethics. Viendo la pasividad de las iglesias cristianas alemanas y la aprobación por parte de las autoridades religiosas de Hitler, Bonhoeffer reflexiona sobre la respuesta del cristiano a la injusticia y la responsabilidad. Bonhoeffer desafía la dicotomía de la vida secular y espiritual, afirmando que no hay otra realidad sino la del mundo reconciliada por medio de Cristo. La teología de Bonhoeffer se basa en una vida de acción en la realidad concreta: “A Christian that withdraws from the world falls prey to unnaturalness, irrationality, triumphalism, and arbitrariness.” (Clifford, 603) Leyendo Don Quijote de La Mancha, seguí pensando en los escritos de Bonhoeffer sobre la realidad. Es como si Bonhoeffer estuviera en la misma venta “encantada,” estudiando las interacciones peculiares del Don Quijote con el mundo.
Los escritos de Bonhoeffer a veces me parecen una etnografía de la peculiar vida de Don Quijote y sus enfrentamientos con aquellos que no están dispuestos a lidiar con su locura. Leyendo Don Quijote me ayudó a entender la teología de Bonhoeffer, pero también me ayudó a entender las formas en que yo también lucho contra los molinos de viento, y etiquetar apresuradamente a la gente como enemigos por el bien de mis agendas. Este ensayo reflexiona sobre la naturaleza de Don Quijote a través de las ideas de Bonhoeffer sobre la acción, la ley, y la realidad.
Aunque raramente podía ir a un capítulo sin relacionar a Don Quijote con Bonhoeffer, no se me había ocurrido que a la vez que pasaba las páginas por primera vez, Bonhoeffer también las pasaba en Barcelona en 1928. Bethge escribe en su biografía de Bonhoeffer que él leyó Don Quijote en español, y más tarde compró una copia en alemán, añadiendo, “the infatuated knight errant struck him as a key to understanding Christian ethics in the Nazi period and his own situation in Tegel Prison.” (Bethge,101) Durante ese año en Barcelona, Bonhoeffer predicó múltiples sermones sobre la importancia del aquí y el ahora, y la indignación por moralidad y religión que disocia personas de fe en el mundo. Otra vez, Bonhoeffer leyó Don Quijote en los 1940’s cuando estaba escribiendo Ethics, el cual no terminó debido a su ejecución en 1945. Evidencia de la influencia de Cervantes está en los temas de sus escrituras, y está mencionado directamente en:
“The perennial figure of Don Quixote has become contemporary, the ‘knight of the doleful countenance’ who, with a shaving basin for a helmet and a miserable hack for a charger, rides into endless battle for the chosen lady of his heart who doesn’t even exist. This is the picture of the adventurous enterprise of an old world against a new one, of a past reality against a contemporary one, of a noble dreamer against the overpowering force of commonplace.” (Bonhoeffer, 80)
Bonhoeffer equipara la pérdida de la realidad de Don Quijote a la ideología cristiana en desacuerdo con un mundo que sufre. El propósito de Don Quijote como caballero andante es ayudar a los necesitados y oprimidos, sin embargo su propia ideología a menudo le impide cumplir con ese propósito. La iglesia cristiana alemana también afirmaba preservar el bien y destruir el mal, pero alentó el casi completo genocidio de los judíos. Don Quijote hace enemigos de cualquiera que vea como apropiado para su agenda. Viviendo en la dicotomía del bien y del mal, del mal y del justo, el mundo de Don Quijote es simple. Si la gente lo insulta, son malvados. Si sus siluetas coinciden con las de un villano en un libro de caballerías, pueden ser atacados. Con el papel de un caballero andante, Don Quijote entra un mundo desconectado de la realidad en lo que hay cursos de acción definitivos.
Don Quijote a menudo no ve a las personas como ellos son, pero como él quiere que sean; con el fin de encajar en su papel como un caballero andante. Hay muchos casos en el libro donde la distancia de Don Quijote de la realidad causa un daño severo a aquellos que él trata de ayudar. En una de sus primeras aventuras, Don Quijote “libera” a un chico llamado Andrés de su labrador que le estaba “castigando.” Andrés dice que el labrador no quiere pagarle por su trabajo. Don Quijote amenaza que matará al hombre si no le paga a Andrés, luego deja al niño solo con el labrador que continúa castigándolo aún más severamente por el episodio con Don Quijote. En esta situación, Don Quijote no lee la situación y consecuentemente, la empeora más que antes. Más tarde en el capítulo treinta y uno, Don Quijote se encuentra con Andrés otra vez. Andrés dice, “Por amor de Dios, señor caballero andante, que si otra vez me encontrare, aunque vea que me hacen pedazos, no me socorra ni ayude, sino déjeme con mi desgracia” (Cervantes, 439). Avergonzado, Don Quijote quiere castigarlo por blasfemar su nombre, pero Andrés huye.
Otro ejemplo es cuando Don Quijote libera a los galeotes en el capítulo veintiuno. Quijote ve que los hombres son criminales, pero Don Quijote los ve como una oportunidad a ejercer su “oficio” que es “desfacer fuerzas y socorrer y acudir a los miserables” (306). Después de que él libera al asesino Ginés de Pasamonte y los otros, todos le tiran rocas. Quijote, admite haber escuchado a Sancho que teme que la Santa Hermandad vuelvan por ellos y le dice a Sancho que pueden escapar la escena con una condición: Sancho no le dijera a nadie que Don Quijote huye por temor al peligro. Quijote, necesita proteger su reputación cueste lo que cueste.
En Letters from Prison, Bonhoeffer habla del hombre fanático: “The fanatic believes that he can meet the power of evil with the purity of a principle. But like the bull in the arena, he attacks the red cape rather than the person carrying it.” La obsesión fanática de Don Quijote con imitar las leyes de la caballerosidad, en particular Amadís de Gaula, inhibe su capacidad de ayudar a la gente. Su estatus de caballero le da la libertad para negarse a pagar a los pobres venteros, robar “yelmos”, y atacar a quien se niega a reconocer que Dulcinea del Toboso es la mujer más bella del mundo. En su mente, Don Quijote no está sujeto a las leyes del mundo real, simplemente porque es caballero andante, y él obedece las reglas de caballería. Bonhoeffer diría que Don Quijote es un hombre que en el “basis of ideology consider themselves justified by their idea.” Quijote casi siempre tiene excusas por sus resultados negativos. Los encantamientos toman la culpa, y con esto, Don Quijote, queda siendo inocente.
Similarmente, en una de las partes más graciosas del libro, el ventero necesita su ayuda en una lucha con unos hombres que, irónicamente, se niegan a pagar. Don Quijote no puede entrar en la lucha porque sus leyes de caballerías le prohíbe entrar en otra aventura cuando ya se está dedicando a una. Mientras Don Quijote está tratando de conseguir el permiso de la princesa Micomicona para ayudar, el ventero sufre mucho. Incluso después de que él tiene permiso, dice que no puede ayudar porque no es “lícito poner mano a la espada contra gente escuderil” (589). Don Quijote quiere ayudar pero él valora la imitación pura por encima de ayudar a la gente real. Su responsabilidad a las leyes es más importante que su responsabilidad a otras personas. Sin Duda, Bonhoeffer fue pensando en las predicamentos de Don Quijote según la ley y acción durante su decision a participar en el plan de asesinar a Adolf Hitler. No sólo intentó romper el decálogo “no matarás”, sino que también rompió las leyes de la ideología de la Alemania nazi. Bonhoeffer dice que la persona responsable está dispuesta a convertirse en culpable por el bien de los demás. Como Jesús rompe muchas de las leyes del Torá, Bonhoeffer dice que a veces la acción responsable es la acción culpable. A veces Don Quijote hace compromisos con sus reglas pero, nunca rompe voluntariamente sus propias leyes.
Sin embargo, sería injusto decir que Don Quijote está siempre en desacuerdo con la teología de Bonhoeffer. Bonhoeffer y Don Quijote ambos creen en la acción. Bonhoeffer dice que la llamada a Cristo es la llamada a la acción. Fe no es un concepto abstracto sino una vida de acción desinteresado hacia tu vecino. Bonhoeffer habla de personas demasiado atascadas en sus dilemas éticos y razonamiento para actuar: Él anima la gente a ir en “free air of a decision” (Clifford, 475). Similarmente, Don Quijote era un hombre de las cartas. Don Quijote decide salir de los libros y hacer algo real. Su identidad entera es dependiente de la acción de cómo ser Cristiano, para Bonhoeffer, es vivir una vida de acción y participar en el mundo. Un tema por todo el libro es el debate entre las cartas y las armas. Don Quijote piensa que ser soldado es mejor que ser estudiante porque “a cada paso está a pique de perder la vida” (520). La vida del soldado es sacrificio y sufrimiento.
También, Bonhoeffer cree que el cristiano al compartir el sufrimiento de Cristo comparte el sufrimiento del mundo. No le importa el estatus social, debemos compartir el sufrimiento y la vida del otro. Pero, la acción de Don Quijote está limitada por su imitación de los caballeros andantes en los libros, especialmente Amadís de Gaula. Amadís es como el Jesús de su vida como modelo: “Amadís de Gaula fue uno de los más perfectos caballeros andantes. No he dicho bien fue uno: fue el solo, el primero, el unico, el señor de todos cuantos hubo en su tiempo en el mundo” (343). Hace que sus propias aventuras se ajusten a las de Amadís. Su vida está dedicada a la imitación y no es libre de responder a las situaciones reales sin estas ser convertidas en situaciones compatibles con su mundo. Aquí es donde Bonhoeffer dice que nosotros no creamos condiciones donde nos parece adecuado actuar sino que ya nos encontramos ya puestas en ellas.
En Ethics, Bonhoeffer se enfoca en la idea de la vocación. La vocación no es un trabajo, pero un posición en vida que da la oportunidad de actuar en responsabilidad al vecino. Utilizamos nuestros empleos y talentos como apalancamiento para mejorar la comunidad y el mundo. Cerca del final del libro, Don Quijote y el canónigo tienen una discusión sobre la validez de los libros de caballerías. Don Quijote habla de los beneficios que su vocación le da. Su posición como un caballero andante le permite ser valiente y generoso: Él desea ser un rey para que pueda mostrar el “agradecimiento y liberalidad que mi pecho encierra.” El continúa diciendo que, “Que, mía fe, señor, el pobre está inhabilitado de poder mostrar la virtud de liberalidad con ninguno, aunque en sumo grado la posea” (621). Don Quijote, como Bonhoeffer, reconoce la habilidad que tienen las personas para mejorar el mundo. Yo oí a Bonhoeffer en este discurso, “El agradecimiento que sólo consiste en el deseo es cosa muerta, como es muerta la fe sin obras” (642). Aquí Don Quijote las razones que da por su deseo a la fama y honor son muy buenas. Similarmente, Bonhoeffer uso su estación y conexiones para tomar una posición contra la Alemania nazi.
Si estamos siendo honestos, somos mucho más como Don Quijote de lo que pensamos. Nuestras intenciones pueden ser puras, pero nuestro método es dañino, sin entender a los demás como realmente son. Consumidos con pasión por una causa, podríamos perder el juicio a las consecuencias de nuestras acciones bien intencionadas. Creo que a todos nos vendría bien un Sancho tratando de llevarnos de vuelta a la realidad. Es una cosa hermosa ver ventas como castillos, prostitutas como princesas, y bacías de azófar como yelmos brillantes. Sin embargo, a ver las personas y situaciones como nos gustaría nos impide formar una relación honesta y de responsabilidad con ellos. Bonhoeffer quiere que nos despertamos a la realidad del mundo como una realidad para realizar nuestra responsabilidad como ciudadanos. Mientras leía Don Quijote, sentí el mismo comando que yo sentí leyendo Ethics: tengo que entrar a mi mundo inmediato y usar mi vocación como una plataforma. Ni siquiera tengo que salir de la mancha, pero ya estoy colocado en una situación en la que la acción responsable es posible. Bonhoeffer y Don Quijote están de acuerdo que la acción es mejor que la introspección mórbida, abstracción y razonamiento: “Not in the flight of ideas but in action is there freedom” (“The Road to Freedom”).
Bibliografía
Bethge, Eberhard. Dietrich Bonhoeffer: A Biography. Fortress P, 1999
Bonhoeffer, Dietrich. Ethics. Fortress P, 2005.
Green, Clifford J., and Michael DeJonge. The Bonhoeffer Reader. Fortress P, 2013.
Cervantes, Miguel D., and John J. Allen. Don Quijote de la Mancha.
Catedra Ediciones, 1977.
“The Road to Freedom.” Plough, http://www.plough.com/en/topics/faith/witness/last-writings-of-dietrich

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